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viernes, 2 de mayo de 2008

Frases Racionales 1

Aqui cito algunas frases de diferentes científicos y racionalistas en general. Esto solo es una parte de las tantes excelentes frases formuladas a lo largo de la historia. Deleitense.
(ver Frases Racionales 2)
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Si Dios no existiese habría que inventarlo. Porque, comprenderéis, es precisa una religión para el pueblo. Es la válvula de seguridad.
M. Bakunin citando a Voltaire.


Existe, en fin, una categoría bastante numerosa de almas honestas, pero débiles, que, demasiado inteligentes para tomar en serio los dogmas cristianos, los rechazan en detalle, pero no tienen ni el valor, ni la fuerza, ni la resolución necesarios para rechazarlos totalmente. Dejan a vuestra crítica todos los absurdos particulares de la religión, se burlan de todos los milagros, pero se aferran con desesperación al absurdo principal, fuente de todos los demás, al milagro que explica y legitima todos los otros milagros: a la existencia de Dios. Su Dios no es el ser vigoroso y potente, el Dios brutalmente positivo de la teología. Es un ser nebuloso, diáfano, ilusorio, de tal modo ilusorio que cuando se cree palparle se transforma en Nada; es un milagro, un ignis fatuus que ni calienta ni ilumina. Y, sin embargo, sostienen y creen que si desapareciese, desaparecería todo con él. Son almas inciertas, enfermizas, desorientadas en la civilización actual, que no pertenecen ni al presente ni al porvenir, pálidos fantasmas eternamente suspendidos entre el cielo y la tierra, y que ocupan entre la política burguesa y el socialismo del proletariado absolutamente la misma posición. No se sienten con fuerza ni para pensar hasta el fin, ni para querer, ni para resolver, y pierden su tiempo y su labor esforzándose siempre por conciliar lo inconciliable. En la vida pública se llaman socialistas burgueses.
Mijail Bakunin.


La ciencia tiene pruebas pero no está segura. Los creacionistas están seguros sin pruebas.

Ashley Montagu.


El hombre, animal feroz, primo del gorila, ha partido de la noche profunda del instinto animal para llegar a la luz del espíritu, lo que explica de una manera completamente natural todas sus divagaciones pasadas, y nos consuela en parte de sus errores presentes. Ha partido de la esclavitud animal y después de atravesar su esclavitud divina, término transitorio entre su animalidad y su humanidad, marcha hoy a la conquista y a la realización de su libertad humana. De donde resulta que la antigüedad de una creencia, de una idea, lejos de probar algo en su favor, debe, al contrario, hacérnosla sospechosa. Porque detrás de nosotros está nuestra animalidad y ante nosotros la humanidad, y la luz humana, la única que puede calentarnos e iluminamos, la única que puede emanciparnos, nos hace dignos, libres, dichosos, y la realización de la fraternidad entre nosotros no está al principio, sino, relativamente a la época en que vive, al fin de la historia. No miremos, pues, nunca atrás, miremos siempre hacia adelante, porque adelante está nuestro sol y nuestra salvación; y si es permitido, si es útil y necesario volver nuestra vista al estudio de nuestro pasado, no es más que para comprobar lo que hemos sido y lo que no debemos ser más, lo que hemos creído y pensado, y lo que no debemos creer ni pensar más, lo que hemos hecho y lo que no debemos volver a hacer.

Mijail Bakunin.


La idea de Dios implica la abdicación de la razón humana y de la justicia humana, es la negación más decisiva de la libertad humana y lleva necesariamente a la esclavitud de los hombres, tanto en la teoría como en la práctica.

Mijail Bakunin.


¿Es necesario recordar cuánto y cómo embrutecen y corrompen las religiones a los pueblos? Matan en ellos la razón, ese instrumento principal de la emancipación humana, y los reducen a la imbecilidad, condición esencial de su esclavitud. Deshonran el trabajo humano y hacen de él un signo y una fuente de servidumbre. Matan la noción y el sentimiento de la justicia humana, haciendo inclinar siempre la balanza del lado de los pícaros triunfantes, objetos privilegiados de la gracia divina. Matan la altivez y la dignidad, no protegiendo más que a los que se arrastran y a los que se humillan. Ahogan en el corazón de los pueblos todo sentimiento de fraternidad humana, llenándolo de crueldad divina.

Mijail Bakunin.


Proclamar como divino todo lo que haya de grande, justo, noble, bello en la humanidad, es reconocer, implícitamente, que la humanidad habría sido incapaz por sí misma de producirlo; lo que equivale a decir que abandonada a sí misma su propia naturaleza es miserable, inicua, vil y fea. Henos aquí vueltos a la esencia de toda religión, es decir, a la denigración de la humanidad para mayor gloria de la divinidad.

Mijail Bakunin.


Hasta el presente toda la historia humana no ha sido más que una inmolación perpetua y sangrienta de millones de pobres seres humanos a una abstracción despiadada cualquiera: Dios, patria, poder el estado, honor nacional, derechos históricos, derechos jurídicos, libertad política, bien público.

Mijail Bakunin.


Es cierto que ningún hombre ha visto nunca ni podido ver el espíritu puro, separado de toda forma material, existiendo independientemente de un cuerpo animal cualquiera. Pero si nadie lo ha visto, ¿cómo han podido los hombres llegar a creer en su existencia? Porque el hecho de esa creencia es notorio y, si no universal, como lo pretenden los idealistas, al menos es muy general; y como tal es digno de nuestra atención respetuosa, porque una creencia general, por tonta que sea, ejerce siempre una influencia demasiado poderosa sobre los destinos humanos para que esté permitido ignorarla o hacer abstracción de ella.

Mijail Bakunin.


Cuando un científico prestigioso pero anciano afirma que algo es imposible, lo más probable es que esté equivocado.

Arthur C. Clarke.


Tales son las ideas generales o abstractas sobre la divinidad y sobre el alma, ideas completamente absurdas, pero inevitables, fatales en el desenvolvimiento histórico del espíritu humano, que, no llegando sino muy lentamente, a través de muchos siglos, al conocimiento racional y crítico de sí mismo y de sus manifestaciones propias, parte siempre del absurdo para llegar a la verdad y de la esclavitud para conquistar la libertad; ideas sancionadas por la ignorancia universal y por la estupidez de los siglos, tanto como por el interés bien entendido de las clases privilegiadas, hasta el punto de que hoy mismo no se podría pronunciar uno abiertamente y en un lenguaje popular contra ellas, sin rebelar a una gran parte de las masas populares y sin correr el peligro de ser lapidado por la hipocresía burguesa.

Mijail Bakunin.


La gran mayoría de los hombres, no sólo en las masas populares, sino en las clases privilegiadas e instruidas tanto y a menudo aún más que en las incultas, están intranquilos y no se sienten en paz consigo mismos más que cuando en sus pensamientos y en todos los actos de su vida siguen fielmente, ciegamente la tradición y la rutina: “Nuestros padres han pensado y hecho así, nosotros debemos pensar y obrar como ellos; todo el mundo piensa y obra así a nuestro alrededor, ¿por qué habríamos de pensar y de obrar de otro modo que como todo el mundo?”. Estas palabras expresan la filosofía, la convicción y la práctica de las 99/100 partes de la humanidad, tomada indiferentemente en todas las clases de la sociedad. Y como lo he observado ya, ese es el mayor impedimento para el progreso y para la emancipación más rápida de la especie humana.

Mijail Bakunin.


…los teólogos y los metafísicos, que se muestran por otra parte lógicos tan sutiles, han cometido y continúan cometiendo la inconsecuencia de admitir la existencia de muchos hombres igualmente inmortales, es decir igualmente infinitos, y por encima de ellos la de un dios todavía más inmortal y más infinito… Su naturaleza de inspirados, de profetas, de doctrinarios y de sacerdotes, y su espíritu impulsado por las sutiles mentiras de la metafísica, habituado a los crepúsculos de las fantasías ideales, se rebelan contra las conclusiones francas y contra la plena luz de la verdad simple. Les tienen tal horror que prefieren soportar la contradicción que crean ellos mismos por esa ficción absurda del alma inmortal, a tener que buscar la solución en un absurdo nuevo, en la ficción de dios. Desde el punto de vista de la teoría, dios no es realmente otra cosa que el último refugio y la expresión suprema de todos los absurdos y contradicciones del idealismo. En la teología, que representa la metafísica infantil e ingenua, aparece como la base y la causa primera del absurdo, pero en la metafísica propiamente dicha, es decir en la teología sutilizada y racionalizada, constituye al contrario la última instancia y el supremo recurso, en el sentido que todas las contradicciones que parecen insolubles en el mundo real, son explicadas en dios y por dios, es decir por el absurdo envuelto todo lo posible en una apariencia de racional.

Mijail Bakunin.


Es propio de la teología hacer de la nada lo real y de lo real la nada.

Mijail Bakunin.


Con frecuencia nos imaginamos que actuamos de cierta manera porque este comportamiento está de acuerdo con algún código abstracto y severo de principios morales, cuando, en realidad, lo único que hacemos es someternos a una serie de impresiones puramente imitativas, profundamente arraigadas en nosotros y “olvidadas” desde hace largo tiempo. Es la inmutable obediencia a estas impresiones (junto con nuestros impulsos instintivos, cuidadosamente disimulados) lo que hace tan difícil en las sociedades el cambio de costumbres y de “creencias”.

Desmond Morris.


El niño que se haya visto severamente privado de contacto social, como miembro de un grupo de juego, se hallará siempre en situación de grave inferioridad en sus interacciones sociales de adulto.
Experimentos realizados con monos han demostrado que el aislamiento infantil produce no sólo un adulto socialmente retraído, sino que crea también un individuo antisocial y despegado de los padres.

Desmond Morris.


Dado que ninguno de estos dioses existe en forma tangible, ¿por qué fueron descubiertos? Para dar respuesta a esta pregunta tenemos que volver a nuestros orígenes ancestrales. Antes de evolucionar y convertirnos en monos cazadores, tuvimos que vivir en grupos sociales como los que vemos actualmente en otras especies de cuadrumanos. En éstas, y en los casos típicos, cada grupo está dominado por un solo macho. Es el jefe, el señor supremo, y todos los miembros del grupo tienen que apaciguarle, o sufrir las consecuencias se no lo hacen. Es también el más activo en la protección del grupo contra los riesgos exteriores y en la solución de las disputas entre los miembros inferiores. La vida entera de cada miembro del grupo gira alrededor del animal dominante. Su papel omnipotente le da categoría de dios. Volviendo a nuestros inmediatos antepasados, resulta claro que con el desarrollo del espíritu de cooperación, tan vital para el éxito de la caza en grupo, el ejercicio de la autoridad por el individuo dominante tenía que ser severamente limitado, si había de conservar la fidelidad activa, como opuesta a la pasiva, de los demás miembros del grupo. Era necesario que éstos quisieran ayudarle, además de temerle. Tenía que ser más «uno de ellos». El mono tirano de la vieja escuela tenía que desaparecer, para dar paso a un jefe más tolerante, más colaborador. Este paso era esencial para el nuevo tipo de organización de «ayuda mutua» que se estaba desarrollando, pero suscitó un problema. Al sustituirse el dominio total del miembro Número Uno del grupo por un dominio cualificado, éste no podía ya exigir una fidelidad ciega. Este cambio en el orden de las cosas, aunque vital para el nuevo sistema social, dejaba, empero, un importante hueco. Persistía la antigua necesidad de una figura omnipotente capaz de tener al grupo bajo control, y su falta fue compensada con la intervención de un dios. La influencia de esta figura divina podía, entonces, actuar como fuerza adicional a la influencia, más restringida, del jefe de grupo.

Desmond Morris.


La religión ha sido también causa de muchos e innecesarios sufrimientos y calamidades, siempre que se ha formalizado excesivamente en su aplicación, y siempre que los «ayudantes» profesionales de las figuras divinas han sido incapaces de resistir la tentación de pedirles prestado un poco de su poder para su propio uso.

Desmond Morris.


Es mejor hacer un poco de bien que mucho daño

Bertrand Russell.


Para que una civilización científica sea una buena civilización, es necesario que el aumento de conocimiento vaya acompañado de un aumento de sabiduría. Entiendo por sabiduría una concepción justa de los fines de la vida. Esto es algo que la ciencia por sí misma no proporciona.

Bertrand Russell.


Sabemos que los hombres tienen alma, mientras que los monos carecen de ella. Si los hombres proceden gradualmente de los monos, ¿en qué momento adquirieron el alma? Este problema no es, en realidad, más grave que el problema de saber en qué estado de desarrollo adquiere el feto el alma; pero las dificultades nuevas siempre parecen peores que las viejas, ya que éstas pierden su interés con la familiaridad. Si para eludir la dificultad decidimos que los monos tengan alma, seremos conducidos, paso a paso, al punto de vista de tener alma también los protozoarios; y si les negamos el alma a los protozoarios, seremos compelidos, si somos evolucionistas, a negársela también a los hombres.

Bertrand Russell.


La obra de Darwin, si bien requiere corrección en muchos extremos, proporciona, no obstante, un ejemplo de lo que es esencial en el método científico, a saber: sustituir con leyes generales, basadas en la experiencia, los cuentos de hadas inventados por una fantasía acuciada por el afán de realizar sus deseos. Los seres humanos encuentran difícil, en todas las esferas, basar sus opiniones más en pruebas que en las propias esperanzas.

Bertrand Russell.


En materias en las que la verdad no es averiguable, nadie admite que hay la más ligera posibilidad del más pequeño error en sus opiniones. ¿Quién no ha oído nunca hablar de un teólogo prolongando su credo, o de un político concluyendo sus discursos, con una declaración sobre el error probable en sus opiniones? Es un hecho singular que la certeza subjetiva es inversamente proporcional a la certeza objetiva. Cuanta menos razón tiene un hombre para suponerse en lo cierto, tanta mayor vehemencia emplea para afirmar que no hay duda alguna de que posee la verdad absoluta.

Bertrand Russell.


Es costumbre de los teólogos reírse de la ciencia porque cambia. "Miradnos, dicen. Lo que afirmábamos en el Concilio de Nicea, lo seguimos afirmando hoy, mientras lo que los hombres de ciencia aseguraban hace sólo dos o tres años está ya anticuado y olvidado." Hombres que hablan de esta forma no han comprendido la gran idea de las aproximaciones sucesivas. Ningún hombre de temperamento científico afirma que lo que ahora es creído en ciencia sea exactamente verdad; afirma que es una etapa en el camino hacia la verdad exacta. Cuando ocurre un cambio en la ciencia, como, por ejemplo, se pasa de la ley de gravitación de Newton a la de Einstein, lo que se hace no es arrojar lo anterior, sino reemplazarlo por algo ligeramente más exacto.

Bertrand Russell.


Pienso que el mundo externo puede ser una ilusión; pero, si existe, se compone de acontecimientos cortos, pequeños y casuales. El orden, la unidad y la continuidad son invenciones humanas, como lo son los catálogos y enciclopedias. Pero las invenciones humanas pueden, dentro de ciertos límites, hacerse válidas en nuestro mundo humano, y en la conducta de nuestra vida diaria podemos olvidar con ventaja el reino del caos por el que estamos quizás rodeados.

Bertrand Russell.


Toda la historia demuestra que el gran poder embriaga.

Bertrand Russell.


Pero el deseo de crear no es en sí mismo ideal, ya que es una forma del amor al poder.

Bertrand Russell.


El hombre que sueña con un mundo organizado científicamente y desea llevar a la práctica sus sueños; tiene que luchar con muchos obstáculos. Hay la oposición de la inercia y del hábito: la gente desea seguir haciendo lo que siempre ha hecho, y vivir como siempre ha vivido. Hay la oposición de los intereses creados: un sistema económico heredado de tiempos feudales proporciona ventajas a hombres que no han hecho nada para merecerlas, y estos hombres, ricos y poderosos, son capaces de provocar obstáculos formidables a todo intento de cambio fundamental. Además de estas fuerzas, hay también idealismos hostiles. La ética cristiana es, en ciertos aspectos fundamentales, opuesta a la ética científica, que cada vez prepondera más. El cristianismo realza la importancia del alma individual, y no está preparado para sancionar el sacrificio de un hombre inocente por causa de algún bien ulterior para la mayoría. El cristianismo, en una palabra, es impolítico; lo cual es natural, ya que se desarrolló entre hombres desprovistos de poder político.

Bertrand Russell.


El asombro reverencial que la ciencia puede proporcionarnos es una de las más grandes experiencias de la que es capaz la psique humana. Es una profunda pasión estética comparable a la música y la poesía más sublimes. Es, ciertamente, una de las cosas que hacen que valga la pena vivir, y lo hace de manera más efectiva, si cabe, al convencernos de que nuestro tiempo de vida es finito.

Richard Dawkins.


Creo que un universo ordenado, indiferente a las preocupaciones humanas, en el que todo tiene una explicación (aunque todavía nos falte mucho trecho por recorrer antes de encontrarla) es un lugar más hermoso y maravilloso que un universo embaucado por una magia caprichosa y ad hoc.

Richard Dawkins.


El Gran Cañón, cuyas rocas, desde la más profunda a la más somera, abarcan la mayor parte del periodo que estamos considerando, tiene sólo unos dos kilómetros de profundidad. Si los estratos del Gran Cañón estuvieran atestados de fósiles sin nada de roca entre ellos, en este espesor sólo habría espacio para una sexcentésima parte de las generaciones muertas sucesivamente. Estos cálculos ayudan a poner en proporción las demandas de los fundamentalistas, que exigen una serie «continua» de fósiles que cambien gradualmente para aceptar el hecho de la evolución. Simplemente, no hay espacio suficiente en la corteza terrestre para tal lujo, y por varios órdenes de magnitud. Se mire como se mire, sólo una mínima proporción de los organismos que han existido ha tenido la suerte de fosilizarse. Como he dicho antes, yo lo consideraría un honor.

Richard Dawkins.


Los científicos pueden transformar el mundo de manera más efectiva que los políticos y los hombres de estado, pero esto no es todo lo que hacen, y ciertamente no todo lo que podrían hacer. Los científicos amplían y transforman nuestra concepción del universo. Ayudan a la imaginación a remontarse hasta el cálido nacimiento del tiempo, y a adelantarse hasta el frío eterno; o, en palabras de Keats, a «saltar directamente hacia la galaxia».

Richard Dawkins.


El místico se contenta con solazarse en la maravilla y recrearse en un misterio que no estamos «destinados» a comprender. El científico siente el mismo asombro, pero su inquietud le impide contentarse; reconoce que el misterio es profundo, y luego añade: «Pero estamos trabajando en ello».

Richard Dawkins.


Como los estudios literarios legítimos, la ciencia puede ser dura y desafiante, pero, como los estudios literarios legítimos, la ciencia es maravillosa.

Richard Dawkins.


Sólo la ciencia puede resolver los problemas del hambre y la pobreza, de la insalubridad y el analfabetismo, de la superstición y las costumbres y tradiciones letales, de los recursos enormes que se pierden, de un país rico habitado por gente que se muere de hambre... ¿Quién puede permitirse ignorar la ciencia hoy en día? Debemos buscar su apoyo en cada coyuntura... El futuro pertenece a la ciencia y a quienes se lleven bien con ella.

Jawaharlal Nehru.


Una de las experiencias formativas de mis años de estudiante universitario en Oxford tuvo lugar cuando un conferenciante norteamericano invitado presentó pruebas que refutaban de manera concluyente la teoría favorita de una venerable y muy respetada autoridad de nuestro departamento de zoología, la teoría que todos habíamos aprendido. Al final de la conferencia, el anciano se levantó, se dirigió a la parte frontal de la sala, estrechó calurosamente la mano del norteamericano y declaró, con tono sonoramente emotivo: «Mi querido amigo, quiero darle las gracias. He estado equivocado durante los últimos quince años». Aplaudimos a rabiar. ¿Acaso existe otra profesión tan generosa hacia quienes admiten sus errores?

Richard Dawkins.


¿Qué hay de tan amenazador en la razón? Los misterios no pierden su poesía cuando se resuelven. Bien al contrario; la solución es muchas veces más hermosa que el enigma y, en cualquier caso, cuando se resuelve un misterio salen a relucir otros, quizá inspiradores de una poesía más elevada.

Richard Dawkins.


La belleza que está aquí para ti también está a mi alcance. Pero yo veo una belleza más profunda a la que no es tan fácil acceder. Puedo ver las complicadas interacciones de la flor. El color de la flor es rojo. ¿Acaso el hecho de que la planta tenga color significa que evolucionó para atraer a los insectos? Esto añade una pregunta adicional. ¿Pueden los insectos ver el color? ¿Poseen un sentido estético? Y así sucesivamente. No veo que el hecho de estudiar una flor le reste nada de su belleza. Sólo le añade.

Richard Feynman.


Para la mayoría de hombres, un placer ignorante es mejor que uno informado; es mejor concebir el cielo como una cúpula azul que como una cavidad oscura, y la nube como un trono dorado que como una neblina de aguanieve. Dudo mucho que alguien con conocimientos de óptica, por religioso que sea, pueda sentir en igual medida el placer o reverencia que un campesino ignorante puede sentir a la vista de un arco iris... No podemos sondear el misterio de una única flor, ni se pretende que debamos hacerlo; sino que la prosecución de la ciencia debe demorarse constantemente por el amor de la belleza, y la exactitud del conocimiento por la ternura de la emoción.

John Ruskin (1856)


No hay nada especial en la estrecha franja de longitudes de onda que llamamos luz, aparte del hecho de que podemos verla. Para los insectos, la luz visible está desplazada en bloque a lo largo del espectro. El ultravioleta es para ellos un color visible («púrpura de abejas»), y son ciegos para el rojo (o, mejor, «infraamarillo»). La radiación a todo lo largo del espectro ampliado puede destejerse igual que el arco iris, aunque el instrumento concreto que utilicemos para ello sea diferente en las distintas partes del espectro.

Richard Dawkins.


El mundo de la Biblia no ha sido tan accesible ni se ha explorado con tanta minuciosidad desde tiempos antiguos. En la actualidad, gracias a las excavaciones arqueológicas, sabemos qué plantas cultivaban los israelitas, qué comían, cómo construían sus ciudades y con quiénes comerciaban. Se han identificado y sacado a la luz docenas de ciudades y pueblos mencionados en la Biblia. Se han utilizado métodos modernos de excavación y un gran número de pruebas de laboratorio para fechar y analizar las civilizaciones de los antiguos israelitas y sus vecinos, filisteos, fenicios, arameos, amonitas, moabitas y edomitas. En algunos casos se han descubierto inscripciones y sellos que pueden vincularse directamente a individuos mencionados en el texto bíblico. Pero eso no significa que la arqueología haya demostrado la veracidad del relato de la Biblia en todos sus detalles. Ni mucho menos: ahora es evidente que muchos sucesos de la historia bíblica no ocurrieron ni en la época concreta mencionada ni de la manera en que se describen. Es evidente que algunos de los acontecimientos de la Biblia no sucedieron, sencillamente, nunca.

Finkelstein y Silberman.


La religión es el suspiro de una criatura oprimida, el corazón de un mundo sin corazón, así como el espíritu de una situación carente de espíritu. La religión es el opio del pueblo
Karl Marx.


La religión equivale a una muleta usada por una persona sana. La religión es una muleta emocional y psicológica que se ha usado desde pequeño y de la cual se cree, que si se le abandona, seremos incapaces de dar un paso, a pesar de estar en facultad de usar nuestros dos pies perfectamente. Así que no podemos simplemente darle un puntapié hacia fuera a la muleta, a pesar de que el individuo este sano, ya que carga con el complejo de que si se le quita, se caerá. Más bien, debemos convencerle de que la muleta no solo es innecesaria, sino hasta dañina. Entonces podrá persuadirle de que tiene la capacidad de caminar con sus propios pies y mucho mejor sin la muleta.

George Smith.


El conocimiento es un valor fundamental debido a que es la raíz de sus otros valores. Debemos conocer los hechos; debemos saber algo sobre el mundo antes de que podamos determinar algo sobre lo que es de valor para nosotros en el mundo.

George Smith.



Pienso que es interesante si ustedes se encuentran con un cristiano que les diga: " ¡Bien, usted no puede decir que Dios no existe! ", le hagan una pregunta interesante: ¿Cree Usted en el dios del Zoroastrismo?, ¿Cree usted en Alá?, ¿Cree usted en Zeus? Hay literalmente cientos de dioses en los cuales el cristiano no cree. El mismo cristiano diría que esos dioses no existen. Bueno, ¿Como sabe eso el cristiano? Si él se atreve a declarar de que nosotros no podemos saber si un dios no existe, entonces, ¿como el puede decir que Zeus no existe? Bueno, por supuesto, el Cristiano puede decir en respuesta: "¡Porque es ridículo! Todos sabemos que Zeus no existe. Que es una idea mítica". El continuará así y dará buenos argumentos, los cuales si uno los aplica a su propia creencia, lo demolería totalmente. Los monoteístas, las personas que creen en un solo dios, están muy cerca de ser ateos. Están a un solo paso del ateísmo. Están "a un pelo de distancia" de ser ateos. Todo lo que hay que hacer es deshacerse de ese ultimo dios y entonces habrán cruzado la línea. Esta es una nueva manera de mirar el monoteísmo, pero creo que está justificada. Todo lo que tienen que hacer es pedirle al cristiano que aplique sus mismas normas por las cuales rechaza a los cientos de dioses que se han ofrecido a lo largo de la historia de la humanidad y que los aplique a sus propias creencias, y entonces demolerá esa creencia también.

George Smith.


La verdad puede ser algunas veces dolorosa, en otras ocasiones, limitada; pero a la larga, pienso que está claro que siempre beneficiará a su interés. Éste es un efecto benévolo, bueno del ateísmo. El ateísmo limpia el aire de como estaba. Se disipan las ruinas psicológicas, morales, y filosóficas. Les permite a las personas seguir adelante por sus propios meritos, seguir metas racionales, valores racionales, etcétera.

George Smith.


Sobre la existencia de un dios, si nosotros vamos a creer en él, sólo puede establecerse a través de la razón. Aplicando los cánones de razonamiento correcto a las creencias teístas, nosotros debemos sacar la conclusión de que el teísmo es infundado y debe ser rechazado por personas racionales.
Ahora viene la pregunta, ¿Pero que si la razón está equivocada en este caso?, qué a veces lo está. Somos seres humanos falibles. ¿Qué si resulta ser que sí existe un Dios cristiano y Él está allí y va a castigar por la eternidad a los que no creen en él? Aquí es donde mi apuesta entra. Supongamos que usted es ateo. ¿Cuáles son las posibilidades? La primera posibilidad es que no hay ningún dios, usted tiene razón. En ese caso, usted se morirá, eso será todo. Usted no ha perdido nada y usted ha vivido una vida feliz en la posición correcta. Segundo, un dios puede existir pero puede que no tenga relación en los asuntos humanos. Él puede ser más como el dios del deísmo tradicional. El pudo haber creado el universo, haciéndolo y haberlo dejado a sus leyes tradicionales, que en ese caso, volvemos a que usted simplemente se morirá, y eso será todo, y de nuevo, usted no ha perdido nada. Supongamos que Dios existe y que él se preocupa por los asuntos humanos --es un dios personal-- pero que es un dios justo. Él se preocupa por la justicia. Si usted tiene un dios justo, él no podría castigar un error honesto de creencia donde no hay ninguna infamia moral o ningún mal involucrado. Si este dios es un dios creador y él nos dio la razón como medio básico de comprensión de nuestro mundo, entonces él se enorgullecería del uso escrupuloso y consiente de la razón por parte de sus criaturas, incluso si ellos de vez en cuando cometen errores, de la misma manera que un padre benévolo se enorgullecería de los logros de su hijo, aun cuando su hijo de vez en cuando haya cometido errores. Por consiguiente, si existe un dios justo, no tenemos absolutamente nada que temer de tal dios. No sería concebible que semejante dios nos castigara por un error honrado de creencia.
Ahora vamos a la última posibilidad. Suponga que existe un dios injusto, específicamente el dios del Cristianismo que le importa un bledo la justicia y quién nos quemará en Infierno sin tener en cuenta si nosotros cometimos errores honrados o no. Semejante dios es necesariamente injusto, porque no hay ninguna injusticia más odiosa de la que nosotros podríamos concebir, que castigar a una persona por un error honrado de creencia, cuando él ha intentado el mejor uso de sus habilidades para determinar la verdad. El cristiano piensa que está en una mejor posición en caso de que este tipo de dios exista. Deseo señalar que él no esta en ninguna posición mejor de la que nosotros nos encontramos. La señal en la oreja de injusticia es conducta inmoral, conducta que no es predicable. Si hay un dios injusto y Él realmente saca toda su alegría de pecadores ardientes y no-creyentes, entonces ¿que podría darle más alegría que decirle a sus Cristianos que ellos se salvarán, y darse la vuelta y quemarlos de cualquier manera para su Infierno sólo por el hecho de que lo disfruta? Si usted tiene un dios injusto, ¿qué peor injusticia podría haber que eso? Si un dios está deseoso de castigarlo simplemente por un error honrado de creencia, usted no puede creer que Él va a mantener su palabra cuando le dice que no lo castigará si usted no cree en él, porque debe tener una raya sádica con que empezar. Ciertamente sacaría un pedazo grande de alegría de esta conducta. Y si existiera este dios injusto, entonces reconoceríamos que vivimos en un universo de pesadilla, pero ciertamente no nos encontraríamos en peor posición que en la que el cristiano esta.
De nuevo, si usted va a hacer la apuesta, usted también podría apostar ayudado en lo que su razón le dice, ese ateísmo es correcto, y va por ese camino porque, de cualquier manera, usted no podrá hacer algo sobre ese dios injusto, aun cuando usted acepta el Cristianismo. Mi apuesta dice que usted debe en todos los casos apostara a la razón y aceptar la consecuencias lógica, que en este caso es ateísmo. Si no hay ningún dios, usted esta en lo correcto; si hay un dios indiferente, usted no sufrirá; si hay un dios justo, usted no tiene nada que temer del uso honrado de su razón; y si hay un dios injusto, usted tiene mucho de que temer, pero también el cristiano.

George Smith.


Dice Nietzsche que todo estaría permitido si Dios no existiese, y yo respondo que precisamente por causa y en nombre de Dios es por lo que se ha permitido y justificado todo, principalmente lo peor, principalmente lo más horrendo y cruel.

José Saramago.


Durante siglos, la Inquisición fue, también, como hoy los talibán, una organización terrorista dedicada a interpretar perversamente textos sagrados que deberían merecer el respeto de quien en ellos decía creer, un monstruoso connubio pactado entre la Religión y el Estado contra la libertad de conciencia y contra el más humano de los derechos: el derecho a decir no, el derecho a la herejía, el derecho a escoger otra cosa, que sólo eso es lo que la palabra herejía significa.

José Saramago.


Elegimos el camino que nos da la mayor recompensa por el menor esfuerzo; es una ley natural y tú la desafiaste. Por eso te contraté.

Dr. House, a la Dra. Cameron explicándole que a pesar de su belleza, ella se esforzó por algo más.


Podemos vivir con dignidad, pero no podemos morir con ella.

Dr. House.


Tengo una teoría sobre por qué son buenos los chicos buenos. No es por un imperativo moral. A los chicos buenos les inculcan el temor a Dios; la Iglesia Católica se especializa en ese entrenamiento: hacer que los chicos buenos le teman al castigo divino y que hagan lo que sus papás les dicen, como por ejemplo, estudiar Medicina, aunque eso sea lo último que quisieran hacer.

Dr. House.


La fe no se basa en la lógica, ni en la experiencia…Puede tener toda la fe que quiera en los espíritus, en la vida eterna, en el cielo y en el infierno, pero si se trata de este mundo, no sea idiota. Porque puede decirme que deposita su fe en Dios para pasar el día, pero cuando hay que cruzar la calle mira a los dos lados.

Dr. House, a una paciente religiosa.


Robert Langdon: No es que quiera decepcionarle, señor, pero yo estudio simbología religiosa. Soy un académico, no un sacerdote.
Maximilian Kohler: Por supuesto. Ha sido una torpeza por mi parte. No es preciso padecer cáncer para analizar sus síntomas.

Diálogo entre dos personajes de “Ángeles y Demonios” de Dan Brown.

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