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lunes, 29 de diciembre de 2008

Origen y Evolución del Lenguaje.

Para poder hacernos una idea de la manera en la que han surgido los idiomas, debemos tener en cuenta el hecho de que, como el proceso evolutivo en los seres vivos, las palabras que hoy utilizamos para construir ideas aparecieron por procesos análogos a los de la evolución biológica. Los productos de la evolución biológica no son perfectos; simplemente están adaptados a ciertas condiciones, y por eso, bajo ciertas circunstancias podrían no funcionar bien. Lo mismo sucede con los idiomas. Es por esta razón que no existe perfección en los conceptos creados a partir de estas palabras y por lo tanto se justifica que haya tantos malentendidos entre personas diferentes, además de que los conceptos pueden no reflejar adecuadamente las ideas de una persona.
Las palabras no son literalmente creadas dentro de un idioma dado; y me refiero a “casi” la totalidad de ellas, ya que algunas sí responden a un "diseño inteligente" por decirlo de alguna manera.
Y para entender un poco mejor esto, simplemente tomemos nuestro idioma, el castellano, y luego de analizar un poco, veremos que crear un idioma así, con toda la serie de reglas que posee, sería una tarea poco menos que imposible.
Como ya he mencionado, lo que ha sucedido con los idiomas es algo parecido a lo que sucede en la evolución biológica. Estamos hablando, por lo tanto, de una evolución memética.
Partamos de una sociedad ancestral, hace varios miles de años, cuando las primeras lenguas aparecieron. En esta sociedad hipotética, la asignación de sonidos articulados emitidos vocalmente a los diferentes objetos y seres existentes, fue transmitiéndose horizontal y verticalmente, logrando establecer convenciones que sentarían las bases de una lengua. El proceso fue seguramente muy complejo, hasta que una lengua quedó, en algún momento, definida y establecida con ciertas reglas básicas. De hecho, se podría decir que constituyó una lengua muy básica y simple, pero útil.
A partir de aquí, la cuestión es más interesante aún.
Muchos sucesos de migración se dieron en esta pequeña sociedad, con el afán de buscar nuevos territorios o simplemente porque el grupo se hacía cada vez más grande y se formaban nuevas tribus independientes. La lengua originada, entonces, mediante un proceso de deriva análogo a las mutaciones y a la selección natural (en este caso, selección memética), fue cambiando según las diferentes zonas geográficas.
Así, a lo largo de varios miles de años, mediante un proceso muy complejo que incluía el proceso formador de lenguajes aquí mencionado, pero de manera múltiple e interrelacionada, sumado al enriquecimiento de las diferentes lenguas debido a la influencia de otras culturas (mediante palabras introducidas, objetos novedosos a los que había que inventarle un nombre o adoptarlo e importarlo de otro idioma, etc.) fue que se formaron idiomas tan diversos y a la vez tan parecidos entre sí en diferentes grados. Este parecido y sus "parentescos" se pueden agrupar y organizar en una especie de árbol filogenético, análogo al ordenamiento de la taxonomía y la filogenética biológica.
Es por esta razón que hoy vemos idiomas tan parecidos entre sí, como el español (todas sus variantes), el portugués, el italiano y el francés; todas ellas descendientes del latín. En otro grupo podemos ver al inglés, el alemán, el holandés, descendientes de las lenguas germánicas antiguas. Y así podemos ver diferentes grupos que contienen a diferentes idiomas parecidos entre sí, y relacionados en su origen.
Y esta deriva que lleva a la formación de nuevos idiomas continúa aún hoy (al igual que los procesos biológicos/evolutivos), y seguirá ocurriendo en el futuro, por lo que creo pertinente hablar de una evolución del lenguaje estrechamente vinculada en sus procesos de formación y cambio a lo que ocurre con los procesos de cambio que experimentan todos los seres vivos.
Los productos del lenguaje, es decir, los conceptos creados a partir de la articulación y organización de palabras con sentido colectivo, son en extremo útiles, pero no perfectos.
Sin embargo, de la misma forma en que una estructura biológica imperfecta pero adaptada puede hacer del organismo que la posee un organismo exitoso en términos biológicos, el idioma y los conceptos que reflejan nuestras ideas tienen que ser también manejados de forma tal que nos permitan tener éxito a la hora de expresar adecuadamente lo que queremos decir, y permitir así, menos roces y más entendimiento mutuo entre los seres humanos.

miércoles, 24 de diciembre de 2008

Papá Noel y Dios: ¿Uno Sí y el Otro No?

Imagine el lector una situación como esta: Supongamos una sociedad en la que todos los niños, o al menos la gran mayoría, crean en Papá Noel (Santa Claus, en inglés). Supongamos que a todos los niños se les ha enseñado siempre que Papá Noel aparece todas las navidades y se encarga de llevar regalos a todos los niños. Hasta acá, he descrito lo que sucede casi exactamente en la vida real. Pero ahora supongamos algo adicional que cambiaría todo el panorama: supongamos que no solo los niños creen en Papá Noel, sino que los adultos creen en él también. Y no solo unas cuantas personas adultas, sino la gran mayoría. Es decir, en esta hipotética sociedad, el proceso de “descreimiento” en papá Noel, al llegar a la pubertad o quizás antes, simplemente nunca se dio.
Dada esta sociedad, supongamos que existen unas cuantas personas, de pensamiento más crítico, que se han dado cuenta por diversas razones que papá Noel no existe; que solo es parte de la ficción y de la mitología popular.
Estas personas serían entonces agnósticos con respecto a Papá Noel. Y sucede que una persona promedio, en una conversación con algún agnóstico de Papá Noel, le diga lo siguiente:

¿Cómo puedes decir que Papá Noel no existe? ¿No ves que si les dices eso a las personas destruirás su mundo feliz? Simplemente, no creo que la gran mayoría de personas pueda aceptar que Papá Noel no exista. Entonces ya nada tendría sentido porque las esperanzas de felicidad y de recompensas por lo hecho durante el año se desvanecerían.”

A lo que el agnóstico de Papá Noel, replicaría:

Creo que tenemos el deber moral de investigar acerca de la existencia de Papá Noel, ya que creer en un ser que no existe no puede tener ningún beneficio. Lo único que se lograría con ello es engañarse durante un tiempo, y distraer la mente de la realidad. Perseguir los sueños y deseos y pretender que sean realidad es algo que solo puede ser cierto si se trata de alcanzar esfuerzos personales, metas y objetivos trazados por uno mismo. De lo contrario, viviríamos en una constante ficción. ¿Es que la gente no se da cuenta de que los regalos que aparecen en las casas son puestos ahí por otras personas? Es posible que haya gente que lucra inmensamente haciéndole creer a todos que existe papá Noel, implantando pequeños regalos en las casas y trabajando las mentes de las masas para mantener el mito vivo eternamente.”

Después de esto, notamos que en esta sociedad hipotética hay creyentes en Papá Noel y gente que no cree en la existencia de Papá Noel.
Ahora, estimado lector, hagamos un interesante ejercicio: Reemplacemos a papá Noel por Dios, los regalos por los “milagros”, los creyentes en Papá Noel por los teístas y los no creyentes en papá Noel por los ateos.
¿No se parecen en demasía Dios y Papá Noel? ¿No es injusto tratarlos diferente cuando ambos son seres mitológicos salidos de tradiciones populares y sincréticas? Tal parece que existe una especie de ceguera masiva: la gente ve normal y sensato no creer en Papá Noel, o al menos creer en él solo durante la infancia, mientras que en lo que respecta a Dios, muchísima gente aún se mantiene en su primera infancia.

¿Qué Significa ser un Buen Cristiano?

Mucho se oye hablar acerca de la moral cristiana y del ejemplo que constituye la ideología cristiana para la sociedad. Cuando éramos niños e incluso en la adultez, mientras uno se encuentre aún absorbido por todo lo que implica llevar una vida regida y fuertemente influenciada por la enseñanza religiosa a la que somos sometidos todos desde pequeños, e incluso durante toda nuestra vida adulta (a pesar de a veces decir y asegurar que creemos en Dios pero no somos religiosos), vivimos y pensamos en muchos aspectos desde una perspectiva cristiana; o al menos eso es lo que se nos ha hecho creer.
Primero que nada, habría que preguntarse qué significa ser cristiano. Para responder a esta pregunta, debemos tomar dos puntos de vista diferentes. El primer punto de vista es el del cristianismo que la gente común toma por verdadero. Usualmente el cristianismo popular es sinónimo de caridad, misericordia, tolerancia, amor, y unión, entre otras cosas positivas. Usualmente se habla de la bondad infinita de Dios y de la perfecta moral que proporcionan el cristianismo y la Biblia.
Sin embargo, cabe analizar ahora al cristianismo pero desde nuestro segundo punto de vista: el cristianismo ideológico, aquel que se basa estrictamente en la Biblia, en las palabras y obras de Jesús y aquel que ha sido asquerosamente manipulado durante siglos por grupos pequeños de inmorales administradores del poder, en este caso, religioso. Recordemos para esto que durante muchos siglos, el poder político y el poder religioso eran uno solo. Recordemos también el papel del Vaticano y todos los papas de la historia en acontecimientos estrictamente políticos y bélicos.
Pero volvamos al cristianismo ideológico del cual estábamos hablando. Aquel cristianismo ideológico considera otros aspectos menos bondadosos: intolerancia, segregación, subestimación de la vida terrenal y sobreestimación de una supuesta vida espiritual eterna, venganza, odio, desunión, esclavitud intelectual, etc. Es importante notar que todas estas características no se presentan así tan explícitamente, sino que van unidas a una falsa moral que, en última instancia, generan esta indeseable situación. Obviamente han existido cristianos buenos y cristianos malos a lo largo de la historia. No se pueden generalizar las cosas. Lo que quiero decir con este breve análisis es que el cristianismo no es bondad y amor como siempre lo pintan, sino que actitudes totalmente indeseables también están justificadas de muchas maneras por el mismo cristianismo.
Quisiera mencionar algunos acontecimientos históricos totalmente nefastos en los que el cristianismo ha tenido mucho que ver: Las Cruzadas Cristianas, la Inquisición, todas las Guerras Mundiales, las violaciones diversas a los Derechos Humanos, el apoyo a las ideas racistas, y el apoyo a la ideología Nazi.
Estas seis cosas que acabo de mencionar son solo una muestra de lo perjudicial que ha sido el cristianismo para la humanidad. Muchos podrán decir que todo ello fue culpa de la Iglesia Católica y no de todo el cristianismo. Pero sucede una cosa interesantísima: Todas las religiones y sectas actuales pertenecientes al cristianismo, tienen su origen en la Iglesia Católica. Sucede que ha habido un proceso de deriva ideológica como consecuencia de divergencias importantes, las cuales propiciaron la creación de nuevos grupos religiosos cristianos. Sin embargo, aquellos grupos menores no se salvan de actitudes de falsa moral y perjuicios en algunos sentidos hacia la vida humana.
En la Biblia, Jesús dice algo muy importante en lo que concierne a su misión, y que poca gente conoce o hacen caso omiso de lo que ello implica:

No penséis que he venido para traer paz a la tierra; no he venido para traer paz, sino espada. Porque he venido para poner en disensión al hombre contra su padre, a la hija contra su madre, y a la nuera contra su suegra; y los enemigos del hombre serán los de su casa. El que ama a padre o madre más que a mí, no es digno de mí; el que ama a hijo o hija más que a mí, no es digno de mí; y el que no toma su cruz y sigue en pos de mí, no es digno de mí. El que halla su vida, la perderá; y el que pierde su vida por causa de mí, la hallará.”

Palabras atribuidas a Jesús.
Mateo 10, 34-39.

Sin embargo, dudo mucho que en ninguna ceremonia cristiana se mencione este versículo. Es más, no creo que se mencionen la mayoría de pasajes funestos que se pueden encontrar en la Biblia.
Y para finalizar, me gustaría mencionar a algunos personajes que, según las diferentes ideologías cristianas oficiales, caerían dentro de lo que podría llamarse un “buen cristiano” (a pesar de que los mismos ideólogos cristianos sostengan que el cristianismo es puro amor y pura bondad:

Adolf Hitler, porque pretendía defender a su gente y purificar su raza de otras razas impuras (lo mismo que sucede con muchos personajes en muchos pasajes bíblicos).
Josef Mengele, médico nazi conocido por sus experimentos en humanos que costaron millones de vidas de manera cruel. Apoyando a su líder Hitler y pretendiendo sentar las bases de estudios antropológicos segregadores, recuerda en mucho a muchos personajes bíblicos considerados como héroes, patriarcas y profetas.
George Bush, porque pretende imponer sus creencias y su adoración a Dios a como de lugar, incluso sacrificando vidas y esfuerzos ajenos.

Si el cristiano tiene que luchar a como dé lugar para defender a Dios, para evitar los pecados de la gente, para imponer ideas retrógradas y primitivas a sociedades enteras, para jurar lealtad a la gente con sus mismas creencias pero tratar mal a los que no creen como ellos, para desperdiciar y pisotear su propia curiosidad y pensamiento crítico y querer que todos los demás hagan lo mismo, entre otras tantas cosas, entonces se puede decir que ser un buen cristiano es ser una persona indeseable por cualquiera. Si un buen cristiano implica el cumplimiento de todo esto, entonces prefiero un millón de veces a los malos cristianos.

jueves, 4 de diciembre de 2008

La Biología de la Homosexualidad. Parte II

Como complemento a mi artículo titulado La Biología de la Homosexualidad, escrito y publicado en el mes de Julio, creí pertinente elaborar una segunda parte complementaria.
Es de conocimiento general que existen diversos comportamientos en cualquier especie animal. Si uno presta atención, hay toda una gama muy amplia, que tiene muchísimos tonos y matices de un individuo a otro dentro de una población o una especie animal. Sabemos que los sexos son dos: macho y hembra. Sin embargo, es evidente que existe toda una gama de comportamientos intermedios, los cuales pueden ser catalogados como homosexuales (si la divergencia entre el sexo morfológico y funcional y el sexo comportamental es alta) y quizás algunos que puedan ser catalogados como bisexuales e incluso individuos aparentemente heterosexuales (si la divergencia entre el sexo morfológico y funcional y el sexo comportamental es moderada o baja). En la naturaleza existen intervalos o rangos de diversas posiciones o estadios, en lo que respecta a muchísimos fenómenos. Si bien lo más frecuente es encontrar individuos, ya sean machos o hembras en cuanto al comportamiento, también será posible encontrar (aunque con una tasa mucho más baja) individuos homosexuales. Obviamente, como cualquier sistema continuo, habrán límites difusos difíciles de catalogar. En muchas especies animales actuales se pueden apreciar estos comportamientos, así como también puede verse la copulación sin fines reproductivos (delfines, bonobos, gacelas, etc). La idea clásica de que la reproducción sirve exclusivamente a la reproducción, no es tan verdadera como se ha pensado durante siglos. Lo mismo sucede con respecto al comportamiento sexual. Lo que sucede, es que muchos estudios al respecto han sido vetados e incluso casi ignorados por una parte de la comunidad científica (mas precisamente por ciertas personas que por algún motivo, consideraban peligrosa la difusión de estas ideas, sobretodo debido a la posible reacción por parte de los medios y de la sociedad en general).
Un ejemplo análogo podemos verlo en la clasificación de los colores. Solemos referirnos al amarillo, al rojo, o al verde, cuando en realidad lo que existe es una amplia gama de tonalidades que pueden catalogarse como "verde", o "rojo" o "amarillo", o "azul"....
Por lo general, el ser humano tiende a clasificar y a resaltar lo notorio, obviando quizás toda esa diversidad intermedia: la continuidad existente en cualquier sistema natural.
Lo mismo sucede con el comportamiento animal en general, y más aun cuando se trata de temas tan delicados e importantes como la sexualidad humana. Como ya he manifestado, no solo el humano experimenta comportamientos homosexuales, sino que otras especies también lo hacen.
Y un componente adicional y muy poderoso que ha contribuido a ver este tema como tabú es la religión: la religión, siempre ha estigmatizado muchas cosas: la homosexualidad (y el sexo en general), el librepensamiento, la capacidad de crítica, la curiosidad, etc. Y hemos sido formados (o adoctrinados, que es el término mas adecuado) para ver el mundo de esta forma.
Yo creo que solo estudiando bien la naturaleza (mediante la ciencia) podremos abrir los ojos más y mejor cada día y entender a las demás personas y a nosotros mismos, así como a nuestro mundo en general. Insisto siempre en este último punto porque me parece muy importante para el desarrollo de nuestra sociedad y de nosotros como humanos y como parte de este planeta.
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