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miércoles, 2 de mayo de 2012

El aborto desde el punto de vista científico

  
Por: Hernán Toro
 
 
El debate sobre el aborto es difícil por su carga emotiva. Quienes se oponen llaman homicidas a quienes lo practican. Por el contrario, quienes lo defienden postulan que el embrión no es una persona. Por eso, antes de decidir la naturaleza del embrión, hay que saber la realidad biológica sobre la reproducción. Sólo al comprenderla a fondo, se puede concluir sobre los argumentos propuestos. Este artículo pretende brindar precisión en algunos conceptos equívocos e informar de algunos detalles sorprendentes y poco conocidos.


El homicidio es causar la muerte de una persona y por tanto es fundamental comprender qué es una "persona". La exploración del campo semántico de esta palabra muestra características necesarias: individualidad, capacidad de pensar, experimentar sentimientos, tener autoconsciencia, etc. La naturaleza mental de estas cualidades determina una diferencia fundamental entre "ser humano" y "persona". El primero es cualquier miembro nuestra especie en cualquier etapa de desarrollo; por el contrario, una persona es más que un ser humano: es un ser humano con al menos un mínimo de actividad cerebral. Por ejemplo, un óvulo fecundado (zigoto) es un ser humano pero no es una persona; por el contrario, un feto con más de 4 meses ya puede presentar actividad cerebral que permitiría considerarlo una persona en estado incipiente. Esta peculiaridad de que las personas se caracterizan por su vida mental, es la que valida el concepto de "muerte cerebral" de la medicina moderna: un ser humano puede estar vivo sin que viva la persona que otrora fue.

La postura del dios Bíblico sobre el aborto asombraría al creyente común pero esto no obsta para que los opositores al aborto lo rechacen por creer en un "alma" infundida en el zigoto por Dios. Eso lo haría "una persona". Creen también que su dotación genética se determina al unirse óvulo y espermatozoide (gametos) y eso lo haría ya "individuo humano". Creen que al permitirle "el desarrollo natural", se llega invariablemente a un bebé y por ello consideran su interrupción como un acto equiparable moralmente a un homicidio; esto hace que se opongan a las píldoras que evitan la implantación del embrión en el útero. De hecho, muchos creyentes sólo aceptan métodos de control natal "abiertos a la vida" (método del ritmo) porque lo contrario iría contra la Voluntad Perfecta de Dios para engendrar hijos. El extremo es la postura Católica de que "es ya un hombre aquél que lo será", basada en una hipotética "persona en potencia" en el embrión.
 
Esta postura antiabortista desconoce hechos básicos de la reproducción humana, lo que los lleva a errores que se aclaran a continuación:

1). La dotación genética no se determina al momento de la unión de los gametos. La segunda división meiótica del óvulo ocurre sólo a partir del momento de dicha unión. Esa división recombina de manera aleatoria los genes aportados por la madre, de tal forma que ocurre una especie de "lotería genética" que dura hasta 24 horas a partir de la unión de los gametos. Como en dicho instante no hay identidad genética, no puede haber persona.

2). Ni siquiera cuando hay determinación genética, el destino natural del zigoto es formar un niño. Se estima que por fallos naturales en la implantación y abortos espontáneos, cerca del 60% de los zigotos se pierden sin que la mujer lo perciba. Si los zigotos fueran "personitas indefensas" estaríamos hablando de la mayor catástrofe de salud pública de toda la historia: la muerte continua y natural de cerca de dos terceras partes del relevo generacional en cada momento histórico, sin que ninguna confesión religiosa, ningún partido político, o ningún gremio médico emitiera su alerta, ni pidieran presupuesto nacional para investigar cómo reducir esta mortandad. El que incluso los médicos católicos antiabortistas se hagan los de la vista gorda ante este hecho, dejando morir "naturalmente" a todos esos embriones con tranquilidad, muestra algo evidente: en el fondo saben que el embrión no es una persona.

3). El que haya identidad genética no implica que haya una persona. Cuando hay división temprana, un solo zigoto puede dar origen a dos, tres, o más embriones viables: gemelos idénticos. De hecho, cuando se hace artificialmente en un laboratorio se llama "clonación". Si la división de un embrión (ser humano) produce dos o más humanos viables, entonces el embrión como ser humano es divisible, lo que viola la definición más fundamental de individuo (que no se puede dividir). Si el embrión humano por división puede producir varios seres humanos, entonces el embrión es divisible y por tanto no es una persona.
 
Para asimilar lo anterior, los creyentes se inventan la explicación de que Dios infunde almas a los embriones divididos para formar "personitas". Pero dejando a un lado el problema de cuál se queda el alma original y cuáles reciben almas nuevas, esto trae otro problema para el dogma de que la vida es un "don de Dios". Si un genetista decide crear incontables clones de un embrión, ¿Dios crearía almas a voluntad del genetista, una para cada clon? ¿Dónde queda la soberanía de Dios sobre la vida humana si crea almas a voluntad del genetista? ¿O acaso Dios no les crea almas por considerar abominable esta práctica, y el experimentador estaría creando vida humana sin alma? Los dogmas religiosos suelen desmoronarse ante la investigación moderna. Este choque es aún más fuerte cuando se considera la clonación a partir de células somáticas de un adulto: ¿Creará Dios almas humanas para embriones creados "abominablemente" a partir de células de un riñón o del cabello? Es comprensible que las religiones impidan la investigación con células pluripotenciales: esta tiene demasiadas consecuencias peligrosas para sus dogmas.

Hay fenómenos naturales más aterradores aún para el creyente en almas. Un par de embriones con dotación genética diferente, pueden fusionarse en un solo embrión conocido como "quimera". Estos individuos, cuando logran sobrevivir, tienen dos códigos genéticos distintos al mismo tiempo, y a veces tienen los dos sexos a la vez (hermafroditismo). El golpe teológico de este hecho es aún más terrible. ¿Qué ocurre con el par de almas cuando un par de zigotos se funden para dar origen a una quimera? ¿Queda un embrión con dos almas? ¿Estas se funden? ¿Qué sentido teológico puede tener la creación de un alma para luego fusionarla con otra o volverla a eliminar incluso antes de salir del vientre materno? Todas estas preguntas preocupantes para los creyentes son tan absurdas racionalmente como las discusiones medievales sobre el sexo de los ángeles. Estos mitos son irrelevantes desde el punto de vista científico e intrascendentes para la ética humana.
 
Queda demostrado que un zigoto o un embrión no es ni real, ni potencialmente, una persona: su desarrollo depende de circunstancias externas. Puede no implantarse o ser abortado naturalmente en un 60% de casos; puede dividirse para dar origen a otros embriones; dos embriones pueden fusionarse para dar origen a quimeras humanas, etc. Todo esto demuestra que el embrión no es un individuo humano, y por ende no es una persona. Todo el edificio teológico de la infusión del "alma humana" en la concepción se cae aparatosamente ante los hechos científicos. Irónicamente, Santo Tomás de Aquino señalaba la infusión del espíritu a los 40 días de la concepción, mientras que San Agustín de Hipona era más razonable al localizarla muy adelante en la gestación, sólo cuando el feto estaba animado, lo que tiende a coincidir con el concepto científico de cuándo podría comenzar a considerársele persona.

¿Cuál debe ser una postura razonable, científica y ética respecto al aborto? Es simple. Toda la ciencia moderna ha establecido fuera de toda duda que la persona es el resultado del funcionamiento del cerebro. Cualquiera que, como este autor, haya tenido la tristeza de ver cómo seres amados se van diluyendo y desdibujando por un mal de Alzheimer, o quien haya visto el deterioro de la personalidad tras una lesión cerebral, llega a la misma conclusión de Héctor Abad Faciolince en su obra "El olvido que seremos": el "espíritu" no sólo no es inmortal, sino que es más mortal que el cuerpo. Sin cerebro, no hay persona.
 
Eliminar al embrión mientras no haya un sustrato neuronal suficiente para albergar personalidad, no puede ser considerado homicidio por ninguna persona racional y ética. Es irrelevante que el paso de humano a persona sea gradual: hay momentos antes de los cuales es imposible que exista personalidad (3 meses), y otros después de los cuales ya es evidente que hay un feto que comienza a experimentar la vida intelectiva porque percibe su entorno, siente y reacciona (unos 4 meses). El límite para permitir el aborto debe estar antes de que haya un sistema cerebral activo, sin que importen en absoluto las razones que muevan a la mujer a tomar esta decisión; así es la acertada legislación recientemente aprobada en México. Cualquier intento de aborto después de esta etapa debería estar prohibido, excepto en casos donde estuviera en riesgo la vida de la madre.
 
Para terminar, es indispensable analizar el argumento más falaz de los esgrimidos en el debate sobre el aborto: el que dice que como el embrión es una persona en potencia, entonces su aborto es homicidio. Dicha postura, el núcleo de la postura cristiana contra el aborto, es una mentira por punta y punta. La primera mentira es afirmar que el embrión en etapas tempranas es una persona; ya se probó que puede no ser ninguna (aborto natural espontáneo en el 60% de los casos), puede terminar siendo varias (gemelos idénticos y clones), o incluso puede llegar a ser "media persona" (cada uno de los embriones que se fusionan en una quimera). Esto implica que el embrión ni siquiera es una persona en potencia. Pero supongamos que el embrión fuera una persona en potencia. ¿Eso lo hace ya lo mismo que una persona? No. Un mendigo con instinto y talento gerencial (millonario en potencia) no es un millonario. Una semilla (árbol en potencia) no es un árbol. Una persona viva (cadáver en potencia) no es un cadáver. La ciencia, la lógica y la razón son inflexibles: un embrión (persona en potencia) no es una persona.

15 comentarios:

Sentido Comun dijo...

Excelente reflexión.

Sobre todo la conclusión lógica de que una persona viva no es un cadáver, aunque lo sea en potencia.

Excelente ejemplo. contundente y claro.

Saludos.

María Elena dijo...

¡Muy claro, excelente! ¡Gracias!

Juan Ignacio dijo...

Justamente eso discutia con un amigo, no conocia de las quimeras ni tenia claro el punto de comienzo de la actividad neuronal, asique gracias.
Muy buenas comparaciones sobre el final.

Saludos

Ateo dijo...

Imagínese una raza de extraterrestres que para reproducirse necesitase comerse un cadáver humano. Además tienen penas muy duras para el que incinere un cadáver, porque así no se lo pueden comer.
A nadie le extrañaría que en un momento dado (por falta de cadáveres o lo que sea) pudieran poner las mismas penas para el que incineráse un humano vivo (cadáver en potencia).
Y no se andarían con zarandajas de si el humano puede incinerarse fortuítamente (en un incendio) o dar lugar a pseudo-cadáveres (el de una persona sin brazos y piernas) o si hay humanos que nunca llegan a ser cadáveres (están criogenizados).
Que uno se llame incinecadavercidio y el otro sea un incincehumanicidio es lo de menos.

Anónimo dijo...

Hola Daniel
Al inicio planteas que el homicidio es causar la muerte de una persona. No necesariamente de un ser humano. Buscando por internet veo que en realidad ambos términos se confunden, pero me queda clara la diferencia que planteas. Sin embargo, en base a la misma, se puede establecer algo interesante: no solo los humanos pueden llegar a ser personas, también los simios grandes, los perros, los elefantes... etc. Lo cual suena un poco raro, y por eso tal vez sería mejor decir que tienen "personalidad". (Conozco muchos perros que tienen individualidad, capacidad de pensar, expeimentan sentimientos y diría que son autoconscientes)...Por algo existen los derechos de los animales. Y esto no es algo nuevo, ya Alfredo González Prada (hijo de Manuel GP) planteó en 1914 el tema la necesidad de legislar los derechos de los animales.

Pero, volviendo a los humanos, siempre quedan cosas al aire, que es necesario explicar. Pregunto, una persona con alzheimer o arteriosclerosis avanzados ¿ya no es persona?, ¿en qué momento determinas que ya dejó de serlo?. ¿Una persona en coma, ya no es tal? No es que sea cucufato y me escandalice el tema. Al contrario, estoy de acuerdo con tu posición frente al aborto. Y estoy de acuerdo con la eutanasia también, pero, hay que aceptar que no es fácil que la mayoría de personas lo entiendan. Peor aun cuando están mentalmente subyugadas a los mitos, mentiras y temores de tanta religión o secta que inunda la sociedad. Esto se complica cuando las leyes deben pasar todavía por el filtro de abogados y peor aun, congresistas.

El tema da para mucha discusión. Al final, las leyes deben expresar lo que es mejor para la sociedad, no tanto para el individuo. Y, nos guste o no, los religiosos son parte de esta. Ya queda en los ateos y racionalistas ganarse un espacio más protagónico en la misma. Saludos,
Marcelo Stucchi

Anónimo dijo...

Me parece tremendamente tendencioso el argumento. Y además tiene fallos graves.
Tendencioso porque enfrentas tu postura contra los ridículos argumentos religiosos como si estos fueran los únicos que se oponen a ella. Evidentemente sales victorioso de la comparación por lo ridículo de los oponentes que eliges.
Y como error mas destacado veo el párrafo que empiezas diciendo que queda demostrado que un cigoto no es un individuo ni siquiera en potencia por la viabilidad del 60% y porque puede multiplicarse y acabar siendo dos. Entonces un niño nacido en Africa no es individuo porque tiene pocas posibilidades de sobrevivir? Define factores externos. Acaso un ser humano es viable en el espacio o dentro de un volcán? Todos dependemos de factores externos, los natos y los no natos.
Y como bien apuntas podemos clonar a una persona ya adulta. Entonces no es individuo porque la podemos dividir? Me parecen muy cogidos por los pelos esos dos argumentos. Al final siempre se elude el meoyo del problema. Y es que por muchos argumentos científicos que escucho al final depende de hasta donde queramos proteger. Los dos únicos hitos destacables, o puntos de inflexión si prefieres. En el desarrollo de un ser humano son fecundación y en menor medida nacimiento.
Todo lo demás me suena bastante arbitrario. Si decidimos que un ser humano antes de nacer tiene derechos dignos de protección ¿porque antes de tener sistema nervioso no los habría de tener? Porque no elegimos el momento en que tenga circulación autoimpulsada? O cuando tenga forma humanoide? O cualquier otro factor arbitrario?

Al final tenemos que aceptar que el echo mismo de que se plantee la idea del aborto viene de la conveniencia de los vivos. Cuanto nos va a molestar o perjudicar esa vida.
Pero es muy fácil acabar con seres humanos en ese estado tan primitivo. Igual que acabar con moscas, o con hormigas. No tienes que mirar la cara de nadie, ni ver de una forma cruda la realidad del echo. Y eso hace que de forma intuitiva antepongamos un pequeño beneficio para nosotros a un enorme perjuicio para algo que empaticamente no identificamos con un semejante.
Me pregunto si no seria mas conveniente intentar minimizar los traumas para los vivos que pudiera ocasionar un nuevo nacimiento. De ese modo no habría necesidad de plantear siquiera el dilema del aborto

MARCELO dijo...

SOY ATEO Y ESTAS MAL INFORMADO.

El hecho de ser ateo no me da derecho a matar gente, solamente me da la libertad guiarme por la razón y por la ciencia. Considero que el ateísmo queda desacreditado con estas prácticas genocidas. Ser ateo no me da ningún derecho a matanzas industrializadas de seres humanos.

1) Para la ciencia cuando hay determinación genética hay persona. El resto es asesinato de un ser indefenso.

2)El punto dos es lo mas irracional que he leido en años.
"Si los zigotos fueran "personitas indefensas" estaríamos hablando de la mayor catástrofe de salud pública de toda la historia"

La unica certeza en este mundo es que morimos y no por eso ando matando a gente que se que va a morir.

3)El punto tres directamente me dá derecho a salir a matar cuanto gemelo encuentre.

Además sin cerebro si hay persona, en Brasil hay una niña llamada Marcela de Jesús Galante Ferreiraa sin cerebro. No vayas a querer matarla por favor!!!!

¿Cuál debe ser una postura razonable, científica y ética respecto al aborto? Es simple
No matar a seres indefensos.

Además llamemos las cosas por su nombre lo que propones es genocidio.

MARCELO dijo...

GENOCIDIO.
NI HITLER LOGRO LO QUE LOS ABORTISTAS.

Anónimo dijo...

Una lectura exquisita.

Respondo algún comentario publicado por algunos de los lectores.
El término "persona" es totalmente válido para emplearlo a individuos pertenecientes a otra especie dentro del reino animal. Persona es aquella que tiene poder sobre si misma. Por convencionalidad hemos creado una conexión sinonímica entre persona y humo, por eso nos resulta extraña la definición.

Anónimo dijo...

y los bebes que nacen con anencefalea? no son vida entonces? que vendrían siendo? otro articulo que pretende ser racional y termina siendo igual de subjetivo que todos los que buscan encontrar el punto que la vida se convierte en vida..hay que asumir que es un problema sin solución

Anónimo dijo...

Que me expliquen entonces por que siguen "manteniendo con vida" a Gustavo Cerati luego de su AVC, hace poco mas de tres años... Sin cerebro no hay persona? Matenlo... como a esos seres indefensos

luigi dijo...


Necedades.


La verdad es que:

"EN UNA SOCIEDAD CIVILIZADA, LA PERSONA FETAL ES PRIMERO".

Nuestra prioridad debiera ser combatir la violencia materna antifetal, no volvernos cómplices.

El FETICIDIO debiera castigarse como HOMICIDIO AGRAVADO.

foto memek abg dijo...

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Anónimo dijo...

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