El mundo sobrenatural. Esta concepción ha sido desde tiempos ancestrales objeto de reverencia y temor. Pero, ¿qué significa sobrenatural?
El término sobrenatural se refiere a todo suceso o entidad que no pertenece a este mundo natural (el mundo real), sino que pertenece a un mundo paralelo pero inmaterial y espiritual, y que no podemos ver ni acceder a él por medio de métodos experimentales. La única forma de contactar con este mundo sería por medio de habilidades especiales personales, como el “don” de la videncia o del espiritismo. Incluso muchas personas dicen haber avistado estos entes en muchas ocasiones.
Ahora, cuando uno habla de lo sobrenatural, se le viene a la mente una sola cosa: fantasmas y almas en pena. Pero, en verdad, lo sobrenatural abarca mucho más que eso: abarca a los fantasmas, a los demonios, a Dios, a los ángeles, e incluso hasta nuestras propias almas. ¡Sí!, supuestamente nosotros somos seres duales: mitad naturales, mitad sobrenaturales.
Bueno, el objeto de este artículo es explicar por qué el concepto de sobrenatural no tiene asidero alguno en la realidad, y por lo tanto, en la naturaleza.
Primero que nada, según la definición dada líneas arriba, un ente sobrenatural es inmaterial, y a la vez no natural. Estos dos términos o conceptos son mutuamente excluyentes; en nuestro mundo natural, existe la materia y la energía. Algo no material (como la luz), es necesariamente energía. Pero, ¿acaso algo no material, o inmaterial, como un fantasma, es energía? Veamos dos casos: uno en que consideremos a los fantasmas como algún tipo de energía y otro en el que no.
Un fantasma como un tipo de energía, entonces sería parte del mundo natural, y dejaría de formar parte de lo sobrenatural automáticamente. Además de esto, se encontraría sujeto a las leyes naturales y por lo tanto, a la experimentación científica, es decir, podría ser medible mediante aparatos como los espectrofotómetros o como sensores de ondas sonoras de alto rango de frecuencias, etc. Si fuera así, existirían miles de papers (artículos científicos) en donde se analizaría y estudiarían estos fenómenos naturales como si fuera cualquier otra cosa de la naturaleza, como las ondas electromagnéticas o cualquier otro fenómeno físico-químico. Pero sucede algo curioso: estos estudios simplemente no existen, a pesar de que muchas personas declaran que estas “energías” existen.
Ahora, consideremos un fantasma como algo inmaterial y a la vez no natural (es decir, sobrenatural). De estas dos premisas podemos ver que si no es material, entonces tendría que ser una energía; pero, ¡oh problema!, resulta que tampoco puede ser una energía (ya que es algo inmaterial y a la vez sobrenatural). Entonces, ¿de qué hablamos cuando nos referimos a los fantasmas o a cualquier ente sobrenatural (dioses, ángeles, etc.)? Pues sencillamente, a nada.
Pero, para poder analizar este supuesto fenómeno, supongamos que puede darse el caso de que exista un ente inmaterial y a la vez sobrenatural.
Muchas personas que ven, oyen, o experimentan de algún modo cualquier tipo de entidad sobrenatural, alegan que la ciencia y sus métodos están imposibilitados de estudiar a estos entes, debido a que estos se encuentran fuera de este mundo, y por lo tanto, fuera del alcance de cualquier técnica experimental que permita comprobar su existencia. Así, muchos de estos entes, como las almas, los fantasmas, Dios, los ángeles y los demonios, entre otros, poseen esta conveniente coraza o protección, lo que conceptualmente impide demostrar científicamente su existencia. Pero, ¿qué mejor que crear conceptos que llevan consigo la etiqueta de “inescrutable e incognoscible” por cualquier medio?
Lo que yo sostengo es lo siguiente: Un ente que pertenece a un mundo paralelo (llámese sobrenatural), podría ser invisible a todos estos métodos y técnicas experimentales, e incluso a la observación. Pero, una vez que estos entes entran de alguna forma en nuestro mundo, ¿acaso no sería posible tomar datos reales de ellos? La respuesta a esta interrogante es una sola: Sí.
Está claro: desde el momento que un ente se traslapa o “entra” a nuestra naturaleza, se encontraría sujeto a todas nuestras leyes, y por lo tanto, pueden ser percibidos por diferentes medios tanto naturales (nuestros sentidos), como artificiales (aparatos y equipos tecnológicos).
Ahora, cabe hacerse otra pregunta: ¿acaso hay evidencias o datos disponibles que demuestren la existencia de estos seres, a pesar de haber ya demostrado que su análisis no sería nada difícil? La respuesta a esto es NO.
No existen tales evidencias, no existen entes sobrenaturales, y no existen congruencias en estos conceptos.
O mejor dicho, sí existen: en la mente y la imaginación de los seres humanos. Estos entes (Dios, los fantasmas, los ángeles, los demonios, etc.) existen como creación del ser humano, y se propagan muy fácilmente debido a que causan misterio y asombro, mientras que sus explicaciones virtualmente no existen. Eso es lo que a muchas personas les atrae del tema: la imposibilidad de probar su veracidad, generando así un misterio insondable, que evidentemente no es real más que en sus propias mentes. Y no hay necesidad de ser loco ni enfermo mental para creer en estas cosas. Sino, que es un proceso social muy difundido desde tiempos inmemoriales.
El término sobrenatural se refiere a todo suceso o entidad que no pertenece a este mundo natural (el mundo real), sino que pertenece a un mundo paralelo pero inmaterial y espiritual, y que no podemos ver ni acceder a él por medio de métodos experimentales. La única forma de contactar con este mundo sería por medio de habilidades especiales personales, como el “don” de la videncia o del espiritismo. Incluso muchas personas dicen haber avistado estos entes en muchas ocasiones.
Ahora, cuando uno habla de lo sobrenatural, se le viene a la mente una sola cosa: fantasmas y almas en pena. Pero, en verdad, lo sobrenatural abarca mucho más que eso: abarca a los fantasmas, a los demonios, a Dios, a los ángeles, e incluso hasta nuestras propias almas. ¡Sí!, supuestamente nosotros somos seres duales: mitad naturales, mitad sobrenaturales.
Bueno, el objeto de este artículo es explicar por qué el concepto de sobrenatural no tiene asidero alguno en la realidad, y por lo tanto, en la naturaleza.
Primero que nada, según la definición dada líneas arriba, un ente sobrenatural es inmaterial, y a la vez no natural. Estos dos términos o conceptos son mutuamente excluyentes; en nuestro mundo natural, existe la materia y la energía. Algo no material (como la luz), es necesariamente energía. Pero, ¿acaso algo no material, o inmaterial, como un fantasma, es energía? Veamos dos casos: uno en que consideremos a los fantasmas como algún tipo de energía y otro en el que no.
Un fantasma como un tipo de energía, entonces sería parte del mundo natural, y dejaría de formar parte de lo sobrenatural automáticamente. Además de esto, se encontraría sujeto a las leyes naturales y por lo tanto, a la experimentación científica, es decir, podría ser medible mediante aparatos como los espectrofotómetros o como sensores de ondas sonoras de alto rango de frecuencias, etc. Si fuera así, existirían miles de papers (artículos científicos) en donde se analizaría y estudiarían estos fenómenos naturales como si fuera cualquier otra cosa de la naturaleza, como las ondas electromagnéticas o cualquier otro fenómeno físico-químico. Pero sucede algo curioso: estos estudios simplemente no existen, a pesar de que muchas personas declaran que estas “energías” existen.
Ahora, consideremos un fantasma como algo inmaterial y a la vez no natural (es decir, sobrenatural). De estas dos premisas podemos ver que si no es material, entonces tendría que ser una energía; pero, ¡oh problema!, resulta que tampoco puede ser una energía (ya que es algo inmaterial y a la vez sobrenatural). Entonces, ¿de qué hablamos cuando nos referimos a los fantasmas o a cualquier ente sobrenatural (dioses, ángeles, etc.)? Pues sencillamente, a nada.
Pero, para poder analizar este supuesto fenómeno, supongamos que puede darse el caso de que exista un ente inmaterial y a la vez sobrenatural.
Muchas personas que ven, oyen, o experimentan de algún modo cualquier tipo de entidad sobrenatural, alegan que la ciencia y sus métodos están imposibilitados de estudiar a estos entes, debido a que estos se encuentran fuera de este mundo, y por lo tanto, fuera del alcance de cualquier técnica experimental que permita comprobar su existencia. Así, muchos de estos entes, como las almas, los fantasmas, Dios, los ángeles y los demonios, entre otros, poseen esta conveniente coraza o protección, lo que conceptualmente impide demostrar científicamente su existencia. Pero, ¿qué mejor que crear conceptos que llevan consigo la etiqueta de “inescrutable e incognoscible” por cualquier medio?
Lo que yo sostengo es lo siguiente: Un ente que pertenece a un mundo paralelo (llámese sobrenatural), podría ser invisible a todos estos métodos y técnicas experimentales, e incluso a la observación. Pero, una vez que estos entes entran de alguna forma en nuestro mundo, ¿acaso no sería posible tomar datos reales de ellos? La respuesta a esta interrogante es una sola: Sí.
Está claro: desde el momento que un ente se traslapa o “entra” a nuestra naturaleza, se encontraría sujeto a todas nuestras leyes, y por lo tanto, pueden ser percibidos por diferentes medios tanto naturales (nuestros sentidos), como artificiales (aparatos y equipos tecnológicos).
Ahora, cabe hacerse otra pregunta: ¿acaso hay evidencias o datos disponibles que demuestren la existencia de estos seres, a pesar de haber ya demostrado que su análisis no sería nada difícil? La respuesta a esto es NO.
No existen tales evidencias, no existen entes sobrenaturales, y no existen congruencias en estos conceptos.
O mejor dicho, sí existen: en la mente y la imaginación de los seres humanos. Estos entes (Dios, los fantasmas, los ángeles, los demonios, etc.) existen como creación del ser humano, y se propagan muy fácilmente debido a que causan misterio y asombro, mientras que sus explicaciones virtualmente no existen. Eso es lo que a muchas personas les atrae del tema: la imposibilidad de probar su veracidad, generando así un misterio insondable, que evidentemente no es real más que en sus propias mentes. Y no hay necesidad de ser loco ni enfermo mental para creer en estas cosas. Sino, que es un proceso social muy difundido desde tiempos inmemoriales.
3 comentarios:
Hola Daniel, soy David de Argentina, quiero felicitarte por esto que escribiste, la verdad nunca habia leido algo que fundamente con tan increhible lógica la inexistencia de lo sobrenatural. Yo soy ingeniero y para mi la ciencia y la lógica esta ante todo, pero lástima que la gente que cree en estas cosas no usa la lólica y por mas que lo que decis ahí es irrefutable, ellos no estan dispuestos a razonar. Me paso con discusiones que tube con personas creyentes, y me di cuenta que no hay nada que hacerle, no vale la pena discutir con personas que no estan a nuestro mismo nivel de razonamiento.
Saludos
Lo que pasa David, es que para muchas personas dejar de creer en lo que han creido siempre es dificil. Pero de todos modos, mi forma de ver el mundo es netamente naturalista y materialista, así que plasmé lo que pensaba acerca del tema en este post.
Gracias de todos modos por el comentario y aquí estaré para cualquier duda o sugerencia.
Saludos
Dices que no se pueden probar que existen cuando cruzan este mundo, y en eso te equivocas, si existen aparatos que pueden detectar ondas y sonidos, movimientos imperceptibles, y darte cuenta de que tienes alguien o algo , o lo que sea,,ahi ,,,,una energia,,llamalo como quieras,,,pero lo hay ,,y claro que se puede probar,,,hay muchos clarividentes que tambien pueden hacerlo , y pueden comunicarse con otros entes que estan en otros planos astrales,,,,reconozco qeu dentro de esa profesion hay mucho charlatan ,,pero yo he vusto de cerca, cosas ,,las he visto y sentido ,,,no es algo que me haya imaginado como tanto dicen uds los super ateos iluminados que se comportan de la misma manera qeu los fanaticos religiosos que tanto aborrecen,,,,
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